El pasado domingo, 19 de julio. fue un buen día para la Asociación
Art Street.
Después de más de dos años de actividades culturales que de
una u otra manera han contribuido a dinamizar la calle Palacio Valdés y
aledaños, hemos descubierto que no estamos solos.
Era de esperar. Este siempre ha sido un país dinámico e
irreductible y desde nuestra vecina Cantabria, nos empezaron a llegar ecos de
una asociación que desde el primer contacto, vimos como alma gemela,
SolCultural.
Fue a través de Félix Garma, santanderino de nacimiento y
avilesino de vocación, por el que supimos de una calle de Santander con un
precioso y providencial nombre, Sol.
Y allí que nos fuimos, una “pequeña delegación” de Art
Street, se plantó ayer domingo en Santander y fuimos recibidos con el mejor de
los abrazos.
Llevábamos en la mente la posibilidad, la esperanza, de
hacer un hermanamiento entre las dos asociaciones, eso, que a veces hacen,
desde las esferas institucionales, pero que a nosotros nos parecía que teníamos
que convertir en algo mas cercano, mas de tu a tu, darle contenido real, mas como un encuentro de amigos, de personas
con inquietudes culturales, que contra viento y marea, luchan por sacar
adelante su ciudad.
Nos encontramos exactamente con eso, un empeño, una lucha,
un sacar pecho ante la crisis, y es que, señor@s, esto de hacer cultura, nace
del corazón o no nace, es algo que tiene
que contar con la generosidad de la gente. Ambas, somos
asociaciones sin ánimo de lucro, ambas nacimos al amparo de una calle y de esos
pequeños comercios que, con su esfuerzo titánico y diario, son el germen de una
ciudad, de una sociedad, diría yo.
Nos recibieron, Vicente Marcos el dueño del
Rubicón, local
emblemático donde los haya, Víctor Lorenzo , director técnico de Sol Cultural
(y La Machina, Teatro de Santander), Michel Zimmermann, dueño del entrañable
local
Urban Classics, (que nos ofreció unas margaritas de lujo) Chave Muñiz y
Chusmi, , Cristina Torre y Javi colaboradores habituales, que nos ofrecieron su
cálida compañía, en fin, y algunas
gentes mas de la asociación que pasaron por allí,
Hubo un momento precioso, en el que, un poco “de extranjis”
, Michel sacó unas sillas fuera, a la calle, para tomar el fresco, en un día
inusualmente caluroso en el norte, y allí sentados, charlando y riendo, me di cuenta,
de que por encima de políticas culturales, de ideologías (que no es lo mismo
que ideas) y de distancias, el motor que mueve todas las cosas que merece la
pena compartir, el amor por una fotografía, un cuadro, una canción o cualquier
otra manifestación artística que pueda haber, el motor digo, está en el corazón
de las personas.
Eso fue lo que encontramos, gente de buen corazón. Besos,
Sol Cultural, desde Art Street, desde Avilés.
Cani Vidal