Por Cani Vidal
Ayer fue un día bonito para Art Street, para todos los que paseamos
a menudo por Palacio Valdés, pegaditos siempre a la luz de su teatro.
Y fue un día bonito, porque fue el Día del Libro, y en un
año generalmente repleto de "celebraciones" unas mas comerciales que
otras, dedicar un día al hecho mismo de la lectura, en un mundo cada vez mas
dominado por otras formas de entretenimiento, pues, que quieren que les diga, viene
siendo, casi heróico.
Empezamos el día, llenando la calle de libros. Art Street es
un miembro muy activo del movimiento Book Crossing, una plataforma de
intercambio de libros gratuitos entre las personas, que convierte a los libros
en viajeros y a las personas en bibliotecas de intercambio, no está nada mal.
Ayer liberamos cientos de libros, que inundaron los escaparates de nuestros
comercios colaboradores.
Más tarde, una de las autoras de literatura infantil más
exitosas del momento y miembro de la Asociación, Dulce Victoria Pérez Rumoroso,
nos leyó uno de sus cuentos y vino a presentar a un nuevo avilesino, el
personaje creado por ella, Ratonchi. Creo que ha venido para quedarse.
Luego, al mediodía , un poeta gallego, Juan Carballo, nos
leyó sus poemas, en las dos lenguas que conoce. Fue tremendo ver y escuchar el
silencio que se creó entre el público asistente, en una hora tan bulliciosa
como la hora del vermut. Pero se hizo el silencio y asistimos embelesados y
escuchamos sus historias. Nos hicimos amigos,
regreso a su tierra y prometió volver.
Por la noche, y ya en uno de los locales colaboradores, el
Lord Byron, pudimos asistir a un concierto memorable, los Hoon't Holler, con
Puri Penin y Michael Lee Wolfe. Llenazo.
El día transcurrió tranquilo, la gente que paseaba, miraba
los libros con curiosidad, algunos conocedores del Book Crossing, cogían libros
a su antojo, otros los más tímidos, preguntaban si podían llevarse uno. ¿Quién
sabe? tal vez, gente que hacía tiempo que no leía, o no, o tal vez ávidos
lectores. La lectura es una religión que nunca se abandona del todo, aunque a
veces, llevados por la premura de nuestros días, olvidamos que los libros
existen. Es por esto, que en un día como ayer, que vas por la calle, como si
nada, paseando, y te encuentras con un libro, sucede lo mismo que cuando te
encuentras con un viejo amigo al que hace tiempo que no ves, pero que nunca,
nunca has olvidado.
Gracias a Felipe Rico, Maxi (de Maxi Agenda) y Fermín González
por las fotos de este post.
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