Escrito por Yasmin Sadeghi
“Son tiempos de crisis para los soñadores”. Así se
podría adaptar a estos tiempos que corren
la archiconocida frase de la genial película Amélie, (2001) dirigida por Jean-Pierre Jeunet.
Para los soñadores y para el resto, también es cierto. Pero, para variar, son los amantes e involucrados en la cultura los que salen peor parados. Paradójicamente, mientras cada día son infringidas e ignoradas varias leyes en altos cargos y aún más altas esferas, a los artistas no paran de crecerles los enanos, y van añadiendo a su colección más y más trabas y restricciones en forma de leyes y porcentajes desorbitados.
Por eso, el arte empieza a saltar vallas y a salir de su “hábitat natural” en todas sus vertientes.
'Mobile Lovers' de Banksy, en Bristol. Foto: PaulGreen Photography |
La pintura callejera hace años que decora edificios - el británico Banksy es ya un referente y sus obras son objeto de culto en las calles londinenses, Berlín posee varios tours por los grafitis más emblemáticas de la ciudad; la poesía o “Acción Poética” encuentra su hueco en muros, columnas - o incluso como ha amanecido recientemente Madrid, con bonitas frases pintadas en el asfalto.
Una de las calles de Madrid. Foto: Esther López Blog. |
Pero de
lo que yo quiero hablar es del teatro.
Ese maravilloso arte efímero pero tan intenso que conecta con el “aquí y
ahora” del espectador de una manera única.
Desgraciadamente,
en estos tiempos el número de espectadores de espectáculos escénicos es cada
vez menor. El gobierno cada vez invierte
menos en educación artística, y lo poco que invierte en proyectos artísticos está
fuera del alcance de muchas compañías. Por eso, mientras se esperan soluciones
que nunca llegan, el teatro se levanta por sí mismo después de todos los
batacazos recibidos y sigue reinventándose una y mil veces. Esto surge de la
creación y de la necesidad que sienten actores, directores y dramaturgos de
seguir contando historias y de vivir de
su arte.
De la
misma manera en que una exposición de pintura o escultura puede tener cabida en
una nave industrial o un pub, una
representación teatral cabe en… en cualquier sitio. En auge están las salas
independientes o locales privados donde el teatro tiene cabida en una amplia
gama de formatos, normalmente ofreciendo a un precio asequible espectáculos de
todo tipo. Debido a la dificultad de acceso a grandes teatros o
infraestructuras, las artes escénicas
aprovechan este nuevo reto para estar más cerca del público, literal y figuradamente
hablado.
La inmediatez y cercanía de estos formatos
crea un contacto mucho más directo con la audiencia, y su accesibilidad hace que el espectador
reaccione antes y se implique más que si tuviera varias filas de cabezas
delante de la suya o un telón rojo dividiendo el espacio. Además, estos nuevos lugares ayudan a crear, descubrir o inspirar otros
espectáculos, películas, cortos o nuevos talentos de la escena. Poco a poco, se
está convirtiendo en un eje importante dentro del sistema escénico actual, creando nuevos circuitos
independientes muy atractivos para el consumidor.
Microteatro por
Dinero empezó como un experimento que ahora amplía
sus redes desde Madrid, donde cuenta con
un local con varias salas en las cuales cada tarde se desarrollan pequeñas
aventuras con varios pases por una pequeña cantidad de dinero. En Segovia, una antigua cárcel es también uno
de los puntos clave de la ciudad para disfrutar de este tipo de oferta cultural
y de ocio, ya que puedes ir a tomar algo
mientras decides que mini-obra verás luego. También en Madrid, otras salas como
La
Fídula, de los nietos del Tano, La pensión de las Pulgas, La Casa de la Portera
o Kubik Fabric ofrecen diferentes espectáculos de pequeño
formato. En Barcelona, el barrio del Raval se convirtió este pasado verano en
un escenario itinerante, y también sacan el teatro a las azoteas y patios.
Aquí en
Asturias, también contamos con cada vez más locales de ocio que se animan a
acoger en sus paredes un espectáculo artístico. El Malasaña en Avilés, El Cirkus
Theatre en Oviedo, La Revoltosa, libros y café en Gijón, son algunos de los bares y cafés donde se puede disfrutar estos micro-shows.
La sala de ESPACIO AQUA |
Por otra parte, también en Gijón se ha asentado una joven compañía de producto local, “Saltantes Teatro”. Formada por dos jóvenes actores licenciados en la Escuela Superior de Arte Dramático y Profesional de Danza del Principado deAsturias (ESADYPD), Nerea Vázquez y Luis Alija proponen una sala dentro del acuario donde exponen tanto obras de su propia compañía como propuestas de todo tipo de compañías externas. Espectáculos de música, infantiles, o de microteatro, todo tiene cabida en esta acogedora sala con aforo para 90 personas que renueva su programación semanalmente. Ya han pasado por sus tablas nombres como Beatriz Rico, la cía. Teatro Plus, Aciegas Teatro…. y aún quedan muchos más.
Que el telón se quede arriba. Pase(e)n y vean.
Programación de ESPACIO AQUA |
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