Algunas veces, sólo algunas veces, entrar en un restaurante es algo más que ir a comer, y es que, lo más parecido a una buena comida es un buen viaje. Eso es, creo yo, el restaurante Alkasbah, un viaje a otro lugar.
A veces la imagen que tenemos del exotismo árabe, está llena de tópicos, muchas veces deformada por esos sitios de comida rápida, que alimentan los cuerpos de la gente, que no sus espíritus.
En el Alkasbah de Avilés, sientes desde el mismo instante de sentarte la sensación de que vas a visitar una nueva comida, un nuevo sabor. En una ciudad saturada de chorizos a la sidra (vive Dios que no tengo nada en contra de la comida tradicional) se agradece la exquisita variedad de este restaurante árabe, que sólo las grandes capitales como Madrid o Barcelona, parecen ofrecer, y es que, amigos, la novedad de sus sabores, la diferencia de sus platos, parece hecha expresamente para aquellas personas que adoran la diversidad de este mundo, que adoran las nuevas experiencias, los viajes, la música diferente, que suena exquisita y tenue en este pacífico lugar para recogerse, comer y amar…
Amar una buena conversación, amar una buena comida, amar la buena compañía, y amar en definitiva la enorme y rica diversidad de este mundo.
Cani en el restaurante tetería Alkashbah |
Un dicho esta escrito en su puerta, con el termino este comentario:
"Una buena comida hace sentir más amor por el mundo que cualquier sermón"
(A. Penchengs)
El restaurante Alkasbah se encuentra en la calle Ruiz Gómez de Avilés, en pleno casco antiguo.
Conocer más a través de su Facebook y su página web.
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