Escrito por Yasmin Sadeghi
Ponte en situación un momento. Olvida quién eres y dónde estás y créete que eres una mujer de cualquier edad en el Irán actual. Ya sabrás que es más larga la lista de cosas que NO se te permiten hacer que la lista de tus derechos, pero hay una “ley” que quizá te sorprenda tanto como a mí: NO PUEDES CANTAR SOLA PARA UN PÚBLICO DE AMBOS SEXOS, NI SUBIRTE A UN ESCENARIO SIN QUE HAYA UN HOMBRE EN ÉL.
Ponte en situación un momento. Olvida quién eres y dónde estás y créete que eres una mujer de cualquier edad en el Irán actual. Ya sabrás que es más larga la lista de cosas que NO se te permiten hacer que la lista de tus derechos, pero hay una “ley” que quizá te sorprenda tanto como a mí: NO PUEDES CANTAR SOLA PARA UN PÚBLICO DE AMBOS SEXOS, NI SUBIRTE A UN ESCENARIO SIN QUE HAYA UN HOMBRE EN ÉL.
Foto: chazproductions.fr
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Sobre
esta injusta y absurda ley trata el documental “NO LAND’S SONG” (Algo así
como "El
país sin canción" en castellano) dirigido por Ayat Najafi y presentado en la pasada edición
del 52º Festival Internacional deCine de Gijón, donde recibió el
galardón al Mejor Documental PREMIO DOCUFICX “Por mostrar el coraje de la mujer iraní para
que se pueda escuchar su voz a través de una historia valiente y actual.”
La protagonista, Sara Najafi, es una joven compositora que lucha por derruir esta barrera organizando un concierto de cantantes femeninas en Teherán. Desgraciadamente, no le dejan de llover obstáculos y problemas. Sara pronto se ve envuelta en una espiral de rechazo y prohibiciones donde nadie pretende explicarle nada. De hecho, en una de las escenas se oye (ya que no permiten grabar) como la secretaria del “Departamento De Música y Arte” le dice honestamente: “No te van decir por qué no, pero es no. ¿Desde cuándo en este país se habla claro? ¿Desde cuándo se explican los motivos?”
Pero
Sara representa la fuerza, las ganas y la lucha de toda una generación y sus
expectativas van más allá. Aparte de las cantantes iraníes, busca el apoyo
fuera del país, y se pone en contacto con un grupo de músicos franceses que
pretenden viajar a Teherán para el concierto.
Elise Caron, Jeanne Cherhal y Emel Mathlouthi, son las tres
parisinas que junto a su grupo de músicos, representan a la perfección lo que
supone viajar a un país en las circunstancias de Irán. Miedo, inseguridad y un montón de preguntas.
No acaban de entender nunca las restricciones que tienen las mujeres para hacer
algo tan básico en la vida de un músico como es subir a un escenario. Por eso,
es fácil para el espectador ponerse en la piel de los europeos, siendo la frustración de todos ellos más que contagiosa. En cambio, es cuanto
menos inspirador escuchar las palabras del director Ayat Najafi cuando dice que
“no he sentido miedo. Tanto mi hermana
como yo hemos nacido y crecido en Irán, y sabíamos a que nos enfrentábamos”.
Es también una valentía y energía que
traspasa la pantalla, y logra emocionar al público al saber captar con la cámara esa lucha, verdad y
entrega.
Foto: filmfestivals.com |
“No
Land’s Song” es una preciosa historia de resistencia que usa una de las armas más poderosas de todas: la música.
No deja de ser al mismo tiempo, un homenaje a la música iraní e internacional.
Muestra como salen cosas preciosas de la fusión, ayuda y cooperación entre pueblos. Cómo hay cosas por las que luchar que son más importantes y poderosas que el país del que procedamos.
Como bien reivindica este aclamado documental ganador en varios festivales internacionales, las mujeres no pertenecen a la fila secundaria del coro. Cada una de sus voces ha de ser escuchada. De forma individual.
Enlace
a entrevista al director y su hermana, la protagonista del filme, en el
festival pasado de Montreal.
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